martes, 4 de febrero de 2014

milimetro dice...

INTRODUCCIÓN A LA FILIA DE GIGANTES

¿Nunca os ha pasado que os habéis sentido ignorados? ¿Alguna vez, en una discoteca, el exceso de ruido os impidió haceros entender? ¿Nunca una muchedumbre alegre y bailona os alejó cada vez más de esa persona que os atraía sin que él o ella se diera ni cuenta? Si la respuesta es sí, enhorabuena, estáis preparados para una zambullida en las fantasías de Gigantes.

-Oye, Maia, ¿querrías bailar?

-¡NOOOOO TE OIGOOO!- te grita ella, en mitad del barullo de la pista.

-¡¡Que si quieres bailar?!!- le repites a escasos milímetros de su oido, tu nariz respira en el perfume de su pelo, y tu temperatura arde por toda leña que ella te incendia cuando hace vibrar sus caderas sin intención.

-¿BAILAR?? JAJAJAJA, ¡PERO SI YA ESTAMOS BAILANDO, TONTO! ¡ANDA VEN!- Y Maia te hace un huequito a su lado, y trata de sacarte unos pasos para los que tú no tienes talento. Y Luisa, vuestra amiga común, se pone en todo el medio y se abraza con Maia contándole chismes al ritmo de la música... Luego aparece Jerónimo, él sabe hip-hop, y hasta baila break dance; y luego entra Jorge que va pasando el mini... Entre unos y otros, tú te difuminas en el grupo, y tus ánimos se van eclipsando cada vez más, y más.

En realidad, Maia sólo se ha alejado unos simples pasos, pero recorrerlos para ti es algo absolutamente inalcanzable. Tendrías que ir hasta allí, atravesando el tumulto de la gente, y tendrías que tener algo interesante que proponer una vez allí. La pista resbala bajo tus pies, y crees que todo el puto mundo te observa, y sabe que tú no deberías estar allí. ¡Por el amor de Dios, si no bailas, esfúmate, tío!

Así las cosas, tú ya has empezado a sudar, te sientes incómodo; y, en vez de saltar sobre cada persona convertida en un obstáculo como un gato que recién abandonó su adolescencia, pues retrocedes estoicamente. Sí, te retiras. Acabas sentado en cualquier parte, haciendo creer que estás acalorado  con tu lenguaje corporal; y tratas de seguir el ritmo omnipresente de la música sólo con el pie. Sin embargo, tú sabes que todo esto a ti te apenas te importa ya una higa. Porque, aunque tú ya no la veas, tu imaginación sí está con Maia al 180 por ciento. ¿Y de qué forma podrías seguir a su lado sin tener que avergonzarte de tus pocas aptitudes para lucirte en una disco? Entonces giras la cabeza y tus ojos se estrellan contra el hecho de que, en uno de los podiums reservados para las gogós, está dando comienzo una performance. Te acercas, tiene buena pinta... y, vista desde abajo, la bailarina que lo ocupa te resulta un ser formidable. Ella desprende magnetismo, sí; ¡y tanto que sí!. Mientras se mueve, la go-gó insinuante parece ser tan sólida y tan fuerte como esa madera del podium que se esfuerza por sostenerla, y que cruje dócilmente bajo su figura en movimiento. Y es que además, la chica que danza lo hace con esa gracia de las Hadas que nos conceden deseos. Y entonces vuelves tus reflexiones hacia Maia... sí, definitivamente sí; porque Ella es siempre tu primer deseo. Ayyy.. y tu mente, alterada por flashes y parpadeos de la luz, y las figuras que la sombras que esa chica proyecta sobre el techo; a ti se te ha hecho un gurruño nervioso en el hipotálamo. Todo es gente guapa en cualquier dirección a la que mires. Y los olores de cientos de duchas de hace seis horas invaden tu nariz, repentinamente desacomplejada

¡Chás! En tu segundo deso, Maia te mira con sus ojos maliciosos. Uuuuuufff. ¡Chás!! ¡Sí, síiiii, otra vez, porfiii, otra más! Has vuelto a hacer chás y la bella bailarina es ahora aún más bella, porque ahora tiene ese rostro y ese aspecto tan cautivador de tu Maia. Y con otro simple ¡Chás!, el cuarto,¡oh, Dios!, esa Maia ya no necesita podio ninguno...

Ante ti se despliegan imposibles, terribles, y maravillosamente sexys; los Pies de Maia, que se hunden en el suelo bajo el peso alegre de una Musa Gigante cuando baila. Y Ella destaca entre la multitud como una Súper Hembra de casi cuatro metros: Altiva, Poderosísima, y Bella... Ay, pobrecito de ti. Ahora también te estás imaginando la metamorfosis que ha ocurrido en Sus Genitales. Y sí, cierto, es que ahora son colosales e igual de sensibles; y fluyen con salvaje abundancia en la cara interna y muy oscura bajo Sus Pantalones. Y te imaginas que ahí adentro hay una manzana roja y enorme, y que quieres verla recubrirse de caramelo y darle tantas chupadas como las resista tu lengua desquiciada. Sí, eso es ahora lo que venía siendo un clítoris... Y el maldito clítoris de tu perdición está golpeando contra todos tus pecados inconfesables como un mazo que palpitara, y tiene la frecuencia acelerada de un martillo neumático.

¡CHÁS! ¡Más CHÁS! ¡Porfa! ¡Un Mega Chás y van cinco!!... MAIA RUGE a todas tus neuronas para que la atiendas y para que la sirvas con todo lo que tengas, que la obedezcas hasta al más mínimo de sus tremores; y que la dejes demencialmente bien corrida y mucho más que SATISFECHA ...Para hacer eso, la propia Maia toma tu cabecita entre sus manos delicadas, como quien se agacha a recoger del suelo una pelota de tenis... Y tú suplicas que haya otro laaaaargo y caliente "¡Chásssssss! ¿Seisssss? Uffff" porque, para entonces, la tela que a Ella la cubre está saturada por completo; y brilla siniestramente encima tuyo, a muy poquitos besos de distancia de tu propia boca.

Oh, síiiiiiiii. Maia, síiiii. Maia ejerce entonces Su Imperio contra tu cara. Y el fortísimo sabor de Su Placer te cierra los ojos, obstruye tus fosas nasales, y entra en ti burbujeando sobre tu lengua. Ya sólo te queda libar, como una mariposa que se sacie en la corola de una Orquídea; y, puuuuuuffffffffffffff, los murmullos guturales de esta nueva Maia ofician el bautismo de tu alma... como navegando en un Río Jordán con vida propia, y que se hubiera vuelto Inagotable....

¡¡Ayyyyy, pero no, no, no, no, no, no, no, no, no, amiguito!!. ¡¡¡Quietooooorrrrr ahí!!!

Si sigues haciendo tantos Chás.... uffff, es que ya no te quedará otro remedio que ir al baño y encerrarte tras un pestillo... y tocarte furiosamente como una manada de monos pervertidos. Y no, eso aún no te debe de pasar.... porque tú esas cosas no lo haces... al menos no en unos aseos públicos.

Es en ese mismo momento cuando estás preparado para saltar al mismísimo vórtice de una fantasía de Gigantes. La excitación se ha apoderado de todo tu menguado ser. Circulas por un bosque de pilares que se mueven caóticamente sobre distintos tipos de zapato. Y los cabellos vuelan. Y se levantan vientos tropicales que te aúpan desde el suelo. Y tú, sin darte cuenta de nada, vas chocando y rebotando de un pecho a otro, o de una mano a otra, o de una nalga izquierda a otra derecha, de un rostro que da un beso a una pierna que brinca y pega un salto; o de un estornudo inoportuno hasta el suelo inseguro. Por fin, a refugio junto a uno de los altavoces que te atronan, tú te das cuenta de que ya no te quedan más latidos en el pequeño corazón para demostrarte que estás vivo (y mucho).

Y es entonces, cuando tienes en la cara la más estúpida y boba de las sonrisas, cuando Maia, la de verdad, la buena, o la "tuya"; aparece a tu lado para "rescatarte". Ella te toma del brazo, te hace acompañarla hasta la barra, te mima con sus ojitos maravillosos y sus gestos tranquilos... Y allí, sin nadie más a vuestro lado en esa sala tan repleta, ella hace que para ti merezcan la pena todos los viernes de disco que se hubiera celebrado en el mundo. Porque Maia, con una de sus sonrisitas mojadas por el ron con coca-cola, simplemente te formula un inocente desafío -Andy, un beso por tus pensamientos.

Y tú, que miras de ella al suelo completamente desconcertado, te tragas tu propia vergüenza con dificultad; y sólo aciertas a contestarle -Maia, ¿y si volviéramos aquí mañana?

Pasarlo bien :))

                                                          Texto enviado por milimetro

OLORES 


Me dicen el Malvado Succubus y la Tiránica Jadel, que escriba algo para el blog, que está pequeño, y que tiene mucho que crecer. Así que pensé en hablar de parafilias, esas cosas raras que nos excitan y que multiplican nuestra satisfacción cuando se hacen presentes en nuestras relaciones de pareja. Yo, en concreto, "padezco" varias. No pretendo en absoluto dar lecciones a nadie, ni convencer de que lo que pienso os tiene que flipar a todos. Pero sí intentaré haceros perdonarme mis propias "perversiones". 

En fin, que en esto del Bsdm se incluyen prácticas y conceptos sexuales con muchas y muy dispares motivaciones. A veces, el único denominador común es tan sólo el hecho de que no son actividades practicadas por el común de la sociedad. Y esto me lleva a pensar que en torno a la Dominación se da rienda suelta a fetiches que poco o nada tienen que ver con las relaciones de poder, pero que si se sirven de ellas para darles una salida, un marco objetivo, y una manera de entender. 

Visto desde el otro lado del espejo, la lectura que cabe hacerse consiste en que, en las prácticas de dominación se utilizan instrumentos y protocolos que estimulan fetiches de modo que sea mas factible y más placentero la captura de una mente predispuesta; llanamente, osea, una mente sumisa. 

Visto así, me planteo presentaros tres fetiches que yo tengo, que no han aparecen comunmente en los manuales de Bdsm; y que a mí me producen una necesidad compulsiva de que quien sea la Ama que me acoja, me posibilite explorarlos. Uno es el olor corporal (desconozco si hay un "ismo" para denominarlo), otro es la microfilia, y el tercero es el hirsutismo. Hoy no me da tiempo a meterme con los tres, pero intentaré contarlos todos (más o menos en breve). 

Respecto al primero, procuraré respetar vuestros cerebros y no me extenderé en descripciones sobre algo tan inmediato y a veces no tan socialmente correcto como son los olores corporales, y el efecto arrebatador e igualmente 'grosero' que pueden tener en nosotros. Es archisabido que en todos los ámbitos de la vida orgánica, la transmisión de estímulos y de información a través de la emisión de partículas químicas a la atmósfera circundante es un medio de comunicación potentísimo. Como vehículo de notificación sexual también lo es. Las abejas reinas emiten una sustancia inhibidora para la sexualidad del resto de abejas de la colmena, las flores contribuyen a su polinización mediante la producción de sustancias olorosas ya desde el periodo cretácico, y actualmente los animales mamíferos delimitan sus territorios y se comunican su ciclo fecundativo con una base olfativa. 

En humanos la situación es exactamente la misma porque compartimos un 90 y pico por ciento del mapa genético con las demás especies de mamíferos. Sin embargo, una cuestión social y cultural nacida hace no más de 300 años ha camuflado los olores naturales con otros aromas distintos pero cuyo contenido de información sexual sobre el sujeto en particular es neutro. A diferencia de muchas especies de mamíferos, algunas tienen un ciclo reproductivo determinado por la abundancia de recursos alimenticios en la época de crianza, otras sincronizan los nacimientos para minimizar los periodos en los que hay cachorros vulnerables dentro de un grupo; los humanos estamos -afortunadamente- encelados durante tooooodo el largo año. Siendo esto así, la necesidad de transmitirnos información sexual por los sutiles senderos de la nariz parece algo... redundante. Y coincidiendo con el apogeo del refinamiento, los humanos más chics y más racionalistas decidieron que no era muy 'humano' ser como animales; de modo que el olor de siempre, el de Isabel la Católica, se hizo desaparecer para ser sustituido por aromas que constituían 1) un símbolo de definición de clase, y 2) un elemento de ambigüedad que enriqueciera la experiencia sexual y multiplicara los caminos de lo pecaminoso. El primer rasgo distintivo es evidente, los perfumes se asocian al lujo desde que hicieron aparición. El segundo, es una sutil llamada a la sofisticación en forma de '¿a qué cosa hueles hoy?' que hace posible, más tolerable y más educado un acercamiento; aunque el objetivo principal, primitivo, animal e instintivo del juego sea hincar la aletas de la nariz en los excrementos ajenos. 

Dicho esto, me tomo unos segundos para no ahogarme con la carcajada, y os confieso que soy un ferviente defensor de los aromas de las Hembras de mi especie. No entiendo el sexo placentero sin tener invadidas mis neuronas por el olfato de las feromonas. Las feromonas son un tipo de hormona, un catalizador químico de las funciones biológicas, que se expulsa por la piel. Estas son la única, auténtica y verdadera "llamada de la jungla". Su concentración es máxima en las zonas de máxima sudoración, y también se hace más importante en las zonas con profusión de cabello pq el pelo actúa de algún modo como conservante. Un tercer grupo de olores son los relacionados con las heces. Aquí las feromonas participan de una manera mucho más pequeña... pero el examen de residuos orgánicos viene siendo un poderoso indicio de la salubridad y nutrición de nuestros semejantes en los parámetros de la madre naturaleza; y, a través de ellos, se nos indican cosas como la complementareidad de dos sistemas inmunológicos. 

Rincones con un olor característico son conocidos la mayoría: los Pies, el área genital, las axilas, el cuello, el pelo, y el aliento. Yo tengo otro lugar particularmente aromático, y quiero contaros el secreto: es la comisura de los labios. Una comisura besada evitando que tu propia saliva degrade los aromas, emite un olor dulce y continuo, y que además es uno de los que más se puede disfrutar; porque ya saben, 1) los besitos están muy permitidos socialmente, y 2) en la zona alta del labio no suele aplicarse una higiene especialmente concienzuda antes de un encuentro. En fin, al revés que en todo, en Dominación es bastante más difícil llegar al la comisura de los labios de mi Ama que atracarme con sus Pies y con otras zonas que, a priori y culturalmente, suponen una humillación (que a mi, indudablemente, me compensa). 

Escribo estas reflexiones para todos aquellos que tienen este mismo "anhelo", para que sepan y entiendan que no están solos en esto; y que no es algo de lo que haya que avergonzarse, ni sentirlo como una contradicción. La cultura mató a los olores como quien repudia de las llamadas de la jungla. Pero tranquilos, que una buena Ama termina sudando un traje de cuero... y entonces el Olor, si es que uno así lo quiere, es igual de fuerte como las bofetadas. 

Cuando yo le confesé a mís Amas que tenía este fetiche, las primeras reacciones son de "bueno, vale"... Sin embargo, al final... Ellas tenían la necesidad de saber si para mí Ellas olían bien. Porque el olor está ahí lo queramos o no, y su olor es un atractivo más de los que pueblan el fondo de todas las mentes; y define a las personas como gustosas o no. Si algo os huele muy bien, no dejéis de decirlo a la interesada, porque eso llenará Su Vanidad y la hará sentirse cómoda hasta tal punto que a le divertirá mucho dejaros rastrearla. Y sí, con Ellas, vuestra naricilla curiosa estará siempre entretenida. 

...Pasarlo bien :))                                                                                                               


 Texto enviado por  milimetro

Dominantes-2014

   

6 comentarios:

  1. Muy chulo el texto, me ha gustado : )

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  2. milímetro , antes que nada decirte lo mucho que admiro tu manera de escribir y expresar algo tan delicado y rechazado como es precisamente el tema de los olores , es impresionante como me has hecho comprender mucho mejor algo que en si mismo ya produce rechazo , ahora y gracias a ti , te diré , que ha cambiado sustancialmente mi manera de verlo y de ser quizás mas tolerante con algunos fetichismos , ( esto ahora que nadie nos lee , me hace entender mejor lo de mis lianas ) jijijiji .alguien de la sala pensó exactamente lo mismo que yo al leerte yme bajo la inspiración , jejejjeje , hoy no me extiendo mas , pero que sepas que fue un autentico placer leerte , y que abrieras mas mi mente a determinados tabúes , muchos besos corazón , de tu amiga evamariaa

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  3. joe, gracias, evamaria. si llego a saber que iba a tener un efecto positivo en ti, lo hubiera intentado publicar ates. Que disfrutes tanto como te sea posible en todo lo que hagas. Un beso y te teroooo! (mili)

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  4. Los animales se reconocen por los olores, solo los enmascaran cuando no quieren ser reconocidos o cuando quieren despistar a la presa.
    No habéis subido nunca una escalera y habéis notado los diferentes olores que salen detrás de cada puerta?
    Hay esta el olor de esa familia de esa gente que los hace "ellos" y no otros.
    Estupendo relato milímetro y estupenda explicación de tu sentir con relación a los olores.

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  5. joe, muchísimas gracias, atractiv@ e inteligente anónim@ :)) jajajaja, soy too peloteo! (mili)

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