viernes, 7 de febrero de 2014

Las Ortigas... Una Tortura Para los sumisos

La ortiga ha sido pesadilla para los agricultores, “pesadilla” para los urbanitas que pasean por el campo con las piernas al aire … En la antigüedad ha sido usada como método medicinal y terapéutico; se usaban los azotes de ortigas para tratar el lumbago. En la antigua Roma, los ancianos se azotaban con un ramo de ortigas su bajo vientre los riñones y las nalgas con el fin de recuperar el vigor perdido, vamos lo que podríamos llamar la viagra de ortigas. Ha sido tratada como una planta de efectos místicos y los monjes del medievo las usaban para flagelarse la espalda a fin de purgar sus pecados. 

La ortiga formaba parte de hechizos como el de la “muñeca mágica” donde una figurita con forma humana se rellenaba de hojas de ortigas secas, mientras se formulaban deseos y buenas intenciones, más tarde se colocaba en un altar para que de manera silenciosa se alejaran de nosotros aquellos que no nos querían. Hoy rn día puede ser considerada un instrumento de tortura para el sumis@. La tortura con ortigas puede llegar a ser un castigo fuerte, su efecto de quemazón y desasosiego puede durar hasta un día, donde toca la ortiga se hacen pequeñas ampollas. En cada persona puede actuar de forma distinta, más o menos irritación o rojez, pero en la mayoría suele estar acompaña da de sensación de quemazón intensa, que tarda mucho en enfriarse y de la mano de pequeños bultos, como si se tratase de picaduras de mosquitos, (Hay que tener en cuenta que los pelos de la ortiga son como pequeñas agujas hipodérmicas), pero después de ese primer ardor la sensación es gratificante y satisfactoria, un picazón muy parecido a aquel que se produce instantes después del impacto de un azote con la fusta. La ortiga la podemos utilizar de múltiples maneras y en cualquier parte del cuerpo, incluyendo senos y genitales. 

Se pueden aplicar mediante suaves caricias o pequeños golpes, se puede usar a modo de pequeño látigo o fusta, uniendo los extremos de la rama con cinta adhesiva, igualmente se puede colocar dentro de la ropa interior a fin de mantener el malestar. Cuando se aplica en le pene, la sensación es entre dolor y placer, este se vuelve supersensible. Después el pene permanecerá erecto durante un tiempo, hasta que finalmente la erección de paso a un pene pesado, hinchado, flácido e insensible durante un tiempo al tacto. Frotar las ortigas en el escroto y el ano puede producir una agradable sensación, pero no hay el mismo grado de inflamación ni en la misma forma que en el pene. Un buen uso también puede ser: colocarlas en el trasero del sumis@ y comenzar una sesión de spank, el usar una vara o fusta para ir retirándola poco a poco mientras se le fustiga. Las ortigas deben usarse con precaución, debe procurarse mantenerlas alejadas de cara y cuello, puesto que podría provocar problemas respiratorios y sobre todo la primera vez debe tenerse un cuidado especial, puesto que la acción urticante dependerá de la sensibilidad y tolerancia que tenga cada persona, mejor realizar ensayos en la piel a fin de comprobar la reacción del cuerpo del sumi@ (ten a mano un pomada antihistamínica) pero en líneas generales no debería existir ningún problema.
                                                                                 
Texto enviado por La Señora Jadel

 Dominantes-2014

3 comentarios:

  1. Es espectacular yo soy azotada con ortigas muy a menudo y duele mucho pero da mucho placer tanto como ser azotada con ramas de rosal

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  2. Ami me azota mi amo con ortigas y OS puedo asegurar que es una delicia al principio es muy doloroso luego te quema y dura como cuatro lo cinco días a mi amo le gusta ver como sufro y yo gozo de un dolor fantástico

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  3. Ami me azota mi amo con ortigas y OS puedo asegurar que es una delicia al principio es muy doloroso luego te quema y dura como cuatro lo cinco días a mi amo le gusta ver como sufro y yo gozo de un dolor fantástico

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